La Fundación Dinópolis ha recibido el reconocimiento de la comunidad científica por su labor

Cuando uno pone el pie en la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis tiene la sensación de adentrarse en otro mundo. Un gigantesco cuadro de Pascual Berniz te da la bienvenida y, a continuación, te topas con unos descomunales fósiles de las extremidades de varios de los gigantes que poblaron esta provincia durante el Mesozoico. El motivo pintado en el mural es poco frecuente en una obra de arte, un dinosaurio estegosáurido llamado Dacentrurus, cuyos fósiles han aparecido en abundancia en la provincia de Teruel, lo que no se da en ninguna otra parte de Europa. Eso dice ya mucho de la singularidad del trabajo que desarrolla esta institución científica que la semana pasada recibió el Premio de Divulgación Científica José María Savirón en la Universidad de Zaragoza, y que pocos días después inauguraba el nuevo museo de Territorio Dinópolis abierto en Ariño; la octava maravilla de una de las mayores joyas patrimoniales de esta provincia, el conjunto paleontológico de Teruel.

Los científicos de la Fundación Dinópolis son el alma de ese conjunto paleontológico turolense. No son científicos que se aíslen en el laboratorio y pasen de la gente, sino que aplican constantemente su conocimiento a la divulgación, es decir, a explicar a la población sus hallazgos y a contarles la historia más fascinante jamás contada, la de la evolución de la vida en nuestro planeta. La provincia de Teruel con sus yacimientos de fósiles, no solo de dinosaurios, es un escenario excepcional para hacerlo.

Resulta sorprendente que en yacimientos como la mina Santa María de Samca en Ariño los paleontólogos de la Fundación hayan extraído más de 7.000 fósiles desde que comenzaron los trabajos de excavación en el año 2010. En apenas cinco años han preparado el material, aunque se trata de una pequeña cantidad de piezas la que han podido abordar porque su volumen es ingente, han descrito 8 nuevos géneros y especies de animales publicados en revistas científicas internacionales de primer orden, y encima todo eso está ya expuesto al público de forma amena en un museo construido en la localidad, muy cerca de donde aparecieron los fósiles. Haber hecho todo eso en menos de un lustro es algo espectacular.

Si a eso se suma todo lo demás que desarrolla la Fundación Pa-leontológica a lo largo del año con publicaciones, científicas y divulgativas, actividades formativas con escolares y otros colectivos, presencia en congresos, celebración de cursos, montaje de exposiciones permanentes e itinerantes, organización de premios y reuniones científicas internacionales, junto a la incorporación continua de nuevos contenidos en las sedes de Territorio Dinópolis, uno solo puede pensar que detrás hay un batallón de paleontólogos trabajando en investigación, en preparación y conservación de fósiles y en divulgación. En cambio, la Fundación Dinópolis está formada por un reducido número de profesionales cuyo trabajo es titánico, equiparable al tamaño de los dinosaurios que desentierran.

Puestos en el mapa

A veces, desde Teruel no se tiene la suficiente perspectiva para discernir cómo la Fundación Dinópolis ha puesto a la provincia en el mapa, pero no en el de España, sino en el del mundo. De Teruel se habla en los cinco continentes, pero no ya solo por las noticias internacionales que continuamente está generando esta institución científica, sino porque el desarrollo de la paleontología mundial pasa en estos momentos por la ciencia que se está haciendo en la provincia.

La paleontología de Teruel, a través de la Fundación Dinópolis, está presente en Europa, Estados Unidos, Asia y África. No solo en lo que a investigación se refiere sino en lo que es divulgación. Se puede decir, y así lo va a poder ver la sociedad turolense si mira al horizonte tanto por donde sale el sol como por donde se pone, que los dinosaurios de Teruel han pasado a conquistar el planeta. Eso es así porque quienes han hecho de Territorio Dinópolis un motor de desarrollo de la provincia han sabido aunar a la investigación con la divulgación a base de esfuerzo, rigor y dedicación, capitaneados por el paleontólogo turolense Luis Alcalá al frente de la Fundación Dinópolis.

No es el primer premio que reciben, ni será el último, pero que se haya otorgado desde Aragón empieza a desmentir el dicho de que nadie es profeta en su tierra. Sería deseable que los éxitos y el reconocimiento a la labor de esta institución científica tuvieran su repercusión en la sociedad turolense sabiendo aprovechar las oportunidades que le está brindando, puesto que todavía hay gente que no ha entendido absolutamente nada, a diferencia de otros que han sabido encontrar en la labor que hace esta institución científica, a través de las instalaciones divulgativas de Dinópolis, un instrumento para el desarrollo de la provincia.

Detrás de los 8 centros museísticos y de ocio en torno a la paleontología que conforman Territorio Dinópolis está el alma de la Fundación Conjunto Paleontológico, que ha sabido integrar ciencia y entretenimiento en una fórmula de éxito. Una labor que se ha traducido también en iniciativas pioneras en toda España como Geolodía, que empezó haciéndose en Teruel y ahora se celebra por todo el Estado, o la colección de libros ¡Fundamental!, que acercan los hallazgos pa- leontológicos de forma amena y divertida a todos los públicos, desde niños a adultos.

El Premio de divulgación científica José María Savirón de este año en el apartado de Ámbito Nacional, entregado el pasado miércoles en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, fue concedido exaequo a la Fundación Dinópolis y a Gabriel Pinto Cañón, catedrático de Ingeniería Química en la Universidad Politécnica de Madrid.

En el caso de la Fundación Paleontológica, el premio le fue concedido, según consta en el acta del jurado, por su destacada, extensa y variada labor divulgativa de las Ciencias de la Tierra y, en particular, de la Paleontología, presentando una intensa actividad orientada tanto a escolares como al público en general con la realización de rutas, itinerarios, jornadas paleontológicas y exposiciones entre otras múltiples actividades y colaboraciones.

Comunidad científica

Este premio, en distintas modalidades, es concedido desde el año 2005 por la Sección Territorial en Aragón de la Real Sociedad Española de Química, la Sección Aragonesa de la Real Sociedad Española de Física, la Real Sociedad Matemática Española, los Colegios Oficiales de Químicos, de Geólogos y de Físicos en Aragón, la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento, la Real Academia de Ciencias de Zaragoza, la Cátedra de Divulgación Científica José María Savirón, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Aragón y la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza.

Una destacada personalidad científica se encarga de hacer una loa de cada uno de los galardonados en cada edición de los premios, y en el caso de la Fundación Dinópolis le correspondió al secretario general de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, y catedrático de Petrología de la Universidad Complutense de Madrid, José Pedro Calvo Sorando, quien destacó de la institución científica turolense su empeño constante a la hora de volcarse en la divulgación, más allá del excelente trabajo de investigación que realiza y que ha sido reconocido internacionalmente.

Calvo aseguró a este periódico que las ciencias cuesta que entren en el ámbito general de la cultura, pero que en cambio cualquier persona que quiera reconocerse como culta debe tener un conocimiento en ese sentido a partir de elementos básicos como puede ser cierta cultura en geología y en la evolución de la vida. «El tiempo geológico y la evolución de la vida quedan perfectamente recogidos en la paleontología y de ahí que la Fundación Dinópolis haya cogido esa línea de actuación como elemento divulgativo en general», afirmó.

En este sentido, el secretario general de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas apuntó que la Fundación Dinópolis «toma como enganche los dinosaurios porque son muy atractivos a nivel popular», pero a partir de ahí recorre otros aspectos relacionados con la historia y la evolución de la vida como la paleoantropología, que también atrae el interés de la gente.

Calvo destacó en este sentido el trabajo «bien definido y bien diseñado» que ha llevado a cabo la institución turolense mediante «un diseño de la divulgación científica que es excelente y que se apoya en una investigación sólida junto a la organización de congresos, la participación en ellos, la realización de distintas actividades y la edición de publicaciones, lo que nos lleva a afirmar que no es una divulgación basada en humo sino en una investigación rigurosa y consistente».

Riqueza paleontológica

Además de la riqueza paleontológica y geológica de la provincia de Teruel, Calvo señaló que un elemento importante que ha llevado al éxito de la Fundación Dinópolis, con su repercusión en el desarrollo del territorio, ha sido también el «recurso humano, la capacidad de la gente que lo ha llevado a cabo».

La consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, también ha elogiado la labor de la Fundación Paleontológica en declaraciones a este periódico tras asistir a la entrega de los premios. A este respecto, Serrat dijo que junto a la «gran labor» científica que está haciendo esta institución en el ámbito de las Ciencias de la Tierra en general y de la Paleontología en particular, era de destacar «el trabajo educativa que han desarrollado y el valor de haber sido capaces de generar, en torno a un proyecto de investigación, un polo de atracción turística».

Sobre esta cuestión, la consejera añadió que «hoy es cierto que Teruel desde el punto de la investigación científica está en el mapa a través de la paleontología y de los estudios de la Fundación Dinópolis». Valoró igualmente que esta institución haya conseguido la unanimidad de las fuerzas políticas para respaldarla «por el trabajo bien hecho y centrado en el interés general, que además tiene un retorno inmediato, porque no podemos dudar que lo que se ha hecho en torno a los dinosaurios ha permitido generar un elemento de atracción y de desarrollo territorial, sin perder el rigor ni la calidad de lo que son las investigaciones científicas».

Otro aspecto que valoró Serrat y que tiene que ver con la sociedad del conocimiento en general, más allá del papel que la Fundación desempeña en Teruel, es que «la divulgación científica hoy es una necesidad porque necesitamos captar jóvenes que huyan de ese estereotipo que existe de la dificultad que supone acercarse a las ciencias, y en esa tarea la divulgación tiene una gran importancia».

«En Teruel nos hemos convertido en un referente dentro de este ámbito y eso genera riqueza para un territorio, que creo que la provincia ha sabido utilizar muy bien a través de su riqueza natural, que había permanecido oculta y que alguien con vocación ha sacado a la luz para poder disponer hoy de un recurso muy importante para la Comunidad Autónoma», añadió la consejera, quien valoró igualmente la «gran capacidad de investigación y de comunicación» de la Fundación «para trasladar a la gente con un lenguaje sencillo el conocimiento científico».

Proyección internacional

Con una plantilla muy joven de investigadores que se codean con algunos de los paleontólogos más prestigiosos hoy día a nivel mundial, con los que colaboran, la Fundación Dinópolis tiene al frente a un científico turolense, el doctor en Geología Luis Alcalá, de gran proyección internacional también por el reconocimiento que tiene en organismos como la Unesco.

Junto a Alcalá hay otros dos doctores en Geología, los paleontólogos Rafael Royo Torres y Alberto Cobos, pioneros en la Fundación puesto que pertenecen a ella desde poco después de su creación en el año 1998. Además, cuenta en la plantilla con los geólogos, también turolenses, Eduardo Espílez, Ana González y Luis Mampel, con el restaurador Daniel Ayala, la economista Fátima Gozalo y la administrativa M. Mar Cabra. Nueve miembros en total en la plantilla a los que hay que sumar otras tres personas: M. Dolores Pesquero, doctora en Geología y voluntaria de la Fundación; Miguel Ángel Torrente, geólogo y también voluntario; y Javier Verdú, biólogo y contratado predoctoral.

Fuente: Diario de Teruel