El control en el acceso hace que sogueros y aficionados corran mejor el toro nupcial

El Torico estaba lleno de corredores que disfrutaron al máximo de tres astados que dieron juego

Sin niños ni carritos de bebé ni ancianos con muletas. La plaza del Torico estaba llena ayer pero solo de gente que quería disfrutar al máximo del toro nupcial que se ensogó para celebrar el matrimonio entre Isabel de Segura y Pedro de Azagra. Los miembros de la Soga y la Baga estuvieron muy tranquilos guiando a los tres astados de la ganadería de Teodoro Adell de Castellote y pendientes solo de que no hubiera ningún percance entre los corredores, cuya veteranía dio por otra parte mucha vistosidad al espectáculo y arrancó los aplausos del público en varias ocasiones.

En todos los accesos a la plaza había cordones policiales con grandes carteles en los que se prohibía la entrada a menores de 16 años y a mayores de 65. Sin embargo, como explicó Rosa Barba, tanto los miembros de protección civil como los voluntarios de la Soga y la Baga e incluso la Policía Local tuvieron que llamar la atención a más de una familia que intentaba acceder a la zona del ensogado con menores. Las personas encargadas de controlar el paso preguntaban la edad de los jóvenes y pedían el carné a los que consideraban que no llegaban a los 16 años: «No nos lo enseñan, pero se dan la vuelta», reconocía Rosa Barba.

Frente a los sustos e incluso cornadas de años anteriores, ayer las ambulancias que había apostadas en la calle Nueva y en la plaza Domingo Gascón regresaron a su lugar de origen sin atender a ningún paciente.

Valoración muy positiva

Entre miembros de Protección Civil y voluntarios de la Soga y la Baga había un total de 33 personas en la plaza del Torico y calles aledañas para que el espectáculo del toro nupcial saliera rodado. Y desde luego lo consiguieron. El ensogado de ayer recordó más a los que se ven durante las fiestas de la Vaquilla que a los de otras Bodas de Isabel, donde la presencia de forasteros inconscientes del peligro que el toro entraña empañaban la celebración.

El presidente de la Soga y la Baga, Juanjo Martín, hacía tras el festejo una valoración muy positiva del mismo: «Ha estado todo muy tranquilo, no ha habido ninguna sensación de peligro», comentó el experto, quien reconoció que tanto los sogueros como los aficionados a citar al astado estaban encantados con la celebración.

Una de las novedades de ayer en la plaza es que no se permitió a los aficionados resguardarse en la fuente del Torico, que tradicionalmente ha sido uno de los puntos más peligrosos porque la gente se concentraba allí y el toro provocaba situaciones de elevado peligro al embestir en esa zona.

Entre los corredores había muchos turolenses pero también numerosos turistas, algunos de ellos fijos en los festejos con ensogados. La lluvia respetó la celebración del toro nupcial pero el agua nieve que cayó minutos antes hizo que el firme de la plaza estuviera resbaladizo y provocara algún resbalón a toros y corredores.

Los tres toros de la ganadería de Teodoro Adell de Castellote tenían hechura y presencia y dieron mucho juego, sobre todo los dos primeros. El tercero fue más reservón, más cauto, pero también hizo correr a algunos de los aficionados.

El director de lidia, José Julio Torres, indicó que el espectáculo había sido «perfecto» y abogó por repetir el control en el acceso en próximos años. «Para la Vaquilla no hace falta porque la gente tiene mentalidad de lo que es el ensogado, pero en las Bodas de Isabel sí es necesario», concluyó. Torres comentó que el hecho de que el firme estuviera mojado causó algún que otro resbalón pese a que toros y corredores iban con mucha cautela.

Fuente: Diario de Teruel