Cuatro fotógrafos de la SFT explican su relación con el mudéjar
Forma parte del paisaje cotidiano de los turolense y muchas veces pasa inadvertido por esa causa. En cambio, es la fotografía más preciada por los turistas, el motivo más retratado por quienes visitan la ciudad. Para los fotógrafos de la Sociedad Fotográfica Turolense (SFT), el Mudéjar de Teruel es tan familiar como espectacular, a la vez que una invitación constante a explorarlo con la cámara para encontrar nuevos encuadres y puntos de vista. Cuatro de ellos relatan su particular relación con una manifestación artística que se ha convertido en icono de lo turolense.

Pedro Blesa, Diego Hernández, Leo Tena y Luis Fernando Gómez han convivido con el mudéjar desde niños, pero ha sido de adultos, a través del objetivo de sus cámaras, como han descubierto su alma interior. «Al ser algo cercano no ves la belleza tan solo exterior, como lo suele hacer la gente de fuera, sino su relación con la gente, que es lo que a mí me interesa», afirma Tena.

Se trata de una relación que para alguno de ellos es muy personal. Así sucede con Diego Hernández, que desde hace 18 años es el responsable de la torre del Salvador cuando se abrió al público tras ser restaurada. Confiesa que de niño se «enamoró» de la historia de Teruel después de que su padre, Carlos Hernández, lo llevase un día a la Catedral para que mosén Ángel se la enseñara. Desde entonces, el mudéjar ha estado presente en su faceta de fotógrafo. «Intentas captarlo de una manera diferente, porque una cosa es contemplarlo y otra atraparlo -explica-, buscas un ángulo original, una luz diferente».

Una búsqueda que no cesa a pesar de las miles de fotos que ha tirado desde que tuvo su primera cámara. «El mudéjar tiene múltiples posibilidades por la luz, los colores y las formas del ladrillo, que cambian», afirma Hernández, para quien el Mudéjar de Teruel es algo que «está vivo».

A diferencia de otros fotógrafos, lo que más atrae a Hernández es su particular relación con esta manifestación artística. «Lo que más me atrapa es fotografiar a través del mudéjar», y es que reconoce que forma parte de las «entrañas» de la torre del Salvador. «El atardecer desde el campanario y lo que está viendo la torre es lo que estoy intentando captar», comenta este fotógrafo, que admite que la del Salvador es la menos fotogénica porque está encajonada, pero para él es la «más bonita».

Fuente: Diario de Teruel

Fecha: 29/11/2011