Los tratantes constatan un estancamiento generalizado del panorama ferial

A todas la ferias ganaderas de España les pasa lo mismo: cada vez son menos ganaderas. Eso sí, están ganando importancia como acontecimientos festivos capaces de reunir a miles de personas. La de Orihuela del Tremedal, celebrada este pasado fin de semana, no ha sido una excepción. Gente, a reventar. Lleno a tope.

Pero trato, lo que se dice trato trato -el de regateo-, más bien poco, por no decir nada. «Barato o caro, siempre se ha vendido, pero de unos años a esta parte cada vez se vende menos. Quedamos cuatro tratantes y todos viejos. En cuanto nos jubilemos, esta profesión desaparece», se quejaba ayer Benito Narbón, tratante de Cuenca ya más que veterano. Benito es tratante de toda la vida y está a punto de ‘coger’ la jubilación. «Me quedan cuatro días». Empezó de pantalón corto y en sus más de cincuenta años dando vueltas por la ferias de media España no ha conocido una situación peor que la de ahora. «La cosa está peor que nunca. Perdemos dinero. Salimos de casa porque nos gusta y lo llevamos dentro, pero no merece la pena», aseguró. «Hace bastante tiempo que el negocio va a menos, pero en los últimos tres años la situación ha empeorado. Se vende muy poco y a precios tirados», confirmaba Amable López, ganadero y tratante de Villar del Cobo.

Tan tirados que un burro «de los buenos» que hasta no hace mucho podría venir a costar entre 1.000 y 1.200 euros se puede comprar hoy por menos de 500. Y hasta por 300. Y lo mismo para un caballo. Si es un buen ejemplar de monta y está ‘inscrito’ -es decir, si tiene árbol genealógico- el precio puede llegar a los 1.500 euros, un regalo si tiene en cuenta que hace apenas tres años no bajaban de los 9.000. «Hay gente que los está regalando porque no puede pagar el coste de manutención», explicaba Narbón.

Fuente: Diario de Teruel

Fecha: 26/09/2011