La Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis continúa investigando en el continente africano sobre la evolución humana en la Garganta de Olduvai, conocida por los paleontólogos como la cuna de la humanidad porque fue allí donde apareció nuestra especie. Un paleontólogo de Dinópolis, Luis Luque, ha participado este verano en las excavaciones llevadas a cabo en Tanzania en el mítico yacimiento conocido como BK, dentro de un equipo de científicos españoles, norteamericanos y tanzanos liderados por Manuel Domínguez-Rodrigo. Entre los espectaculares hallazgos que han conseguido se encuentran dos fósiles humanos pertenecientes a un ‘Homo ergaster’.

Hace 1,3 millones de años, en pleno corazón de África, en lo que hoy es la Garganta de Olduvai y conocemos como la cuna de la humanidad por haber surgido allí nuestra especie, un grupo de homínidos devoraba animales de más de una tonelada, en el mismo lugar, con una frecuencia sorprendente, algo que tiene intrigados a los científicos. Los restos de huesos de animales que aparecen, desde jirafas a búfalos y elefantes, indican que los humanos primitivos extrajeron la carne para alimentarse con la ayuda de instrumentos de piedra. Si eran carroñeros o cazadores es una incógnita, pero su comportamiento desafía el conocimiento que se tiene sobre las conductas de nuestros ancestros hace más de un millón de años. Un equipo internacional liderado por el arqueólogo español Manuel Domínguez-Rodrigo ha excavado este verano allí y ha hallado también fósiles de Homo ergaster. La Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis ha sido una de las instituciones científicas que han participado en los trabajos.

Teruel mantiene abierta la línea de investigación sobre evolución humana en el continente africano a través de este proyecto, en el que todos los años participan paleontólogos de la Fundación Dinópolis. Uno de los científicos de la institución turolense más veteranos en estos trabajos, Luis Luque, ha vuelto a viajar a Tanzania para trabajar no sólo en Olduvai sino también en la continuación de otro proyecto anterior en Peninj.

Luque asegura que viajar allí es como «volver al segundo hogar», y no le faltan motivos para decirlo porque lleva dieciséis años haciéndolo para investigar sobre los orígenes de la humanidad. «El mes de África es el más intenso del año y vale por muchos de los meses del resto del ejercicio», explica.

Tras haber participado desde sus orígenes en las investigaciones que se iniciaron a mediados de los años 90 en Peninj junto con Manuel Domínguez-Rodrigo y Luis Alcalá, en los últimos años la atención se ha centrado en la Garganta de Olduvai y el proyecto ha crecido mucho tras haber superado con éxito las dificultades técnicas y logísticas del comienzo.

Fuente: Diario de Teruel

Fecha: 05/09/2010