El yeso rojo de Albarracín, que desde hace siglos otorga a las casas de esta localidad su color característico, resurge como material de construcción. Así ha quedado patente en el curso sobre sistemas de edificación tradicional que se celebra esta semana en la ciudad. Sus 20 plazas se llenaron en pocos días, dejando en lista de espera a otros 30 aspirantes.

Organizado por la Fundación Santa María, el curso está coordinado por el director del Museo de la Cal de Morón de la Frontera (Sevilla), Manuel Gil, e impartido por el experto en construcción tradicional Luis Prieto. Restauradores, arquitectos, aparejadores, pintores y constructores en general de distintos puntos de España componen el alumnado del aula.

Uno de los protagonistas de la actividad está siendo Antonio Meda, el fabricante de yeso rojo que desde Tramacastilla abastece a la empresa de restauración de la propia Fundación Santa María de Albarracín, que en sus 25 años de vida ha recuperado más de 30 edificios históricos.

«El curso pone de relieve el valor de los oficios de antaño, que están de moda ante el auge de la bioconstrucción y la armonía con la naturaleza», explica el gerente de la fundación, Antonio Jiménez.

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